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Aitor Francesena, el campeón del mundo en surf adaptado, regresó a <i>La Revuelta</i> con su característico estilo y un cargador de sorpresas para todo el equipo. El vasco, de 55 años, salió al plató con pantalón corto y chancletas, pero no se limitó a ser el protagonista, sino que también se convirtió en el dueño de la sidra.
Con dos bolsas cargadas, Aitor sorprendió a Broncano, Castella, Grison y Sergio Bezos. De una bolsa, se llevaron una botella de sidra para toda la platea, mientras que de la otra, salieron cuatro paquetes de txapelas, un regalo para cada uno de los invitados.
Amigo de todo el equipo desde hace tiempo, Aitor confirmó que ha conquistado un nuevo campeonato del mundo, aunque su viaje hasta allí no ha sido fácil. La lesión que sufrió en una ola le dejó algo mermado en sus facultades, pero la vida y el deporte siempre tienen sorpresas.
Aitor habló de su libro ilusionado, <i>Surfear la vida</i>, donde narra cómo se rehizó cuando los médicos le dijeron que su ceguera le impediría volver a practicar su deporte predilecto. En sus páginas, el deportista aborda cómo superó la adversidad y encontró una nueva forma de enfrentar los desafíos.
Pero lo que realmente destaca en este libro es la certeza de Aitor: nunca es tarde para levantarse y volver a luchar. Un mensaje que resuena en todos los rincones, especialmente entre aquellos que están cansados de las caídas o piensan que ya no hay salida.
El surf es un ejemplo perfecto de cómo la vida puede ser difícil, pero siempre tiene una ola nueva que coger. La única opción es mantenerse en pie y seguir adelante, como Aitor Francesena. Un ejemplo a seguir para todos aquellos que aman el mar o temen a sus olas, porque en el surf, en la vida, solo hay dos opciones: coger la ola y seguir adelante.
Con dos bolsas cargadas, Aitor sorprendió a Broncano, Castella, Grison y Sergio Bezos. De una bolsa, se llevaron una botella de sidra para toda la platea, mientras que de la otra, salieron cuatro paquetes de txapelas, un regalo para cada uno de los invitados.
Amigo de todo el equipo desde hace tiempo, Aitor confirmó que ha conquistado un nuevo campeonato del mundo, aunque su viaje hasta allí no ha sido fácil. La lesión que sufrió en una ola le dejó algo mermado en sus facultades, pero la vida y el deporte siempre tienen sorpresas.
Aitor habló de su libro ilusionado, <i>Surfear la vida</i>, donde narra cómo se rehizó cuando los médicos le dijeron que su ceguera le impediría volver a practicar su deporte predilecto. En sus páginas, el deportista aborda cómo superó la adversidad y encontró una nueva forma de enfrentar los desafíos.
Pero lo que realmente destaca en este libro es la certeza de Aitor: nunca es tarde para levantarse y volver a luchar. Un mensaje que resuena en todos los rincones, especialmente entre aquellos que están cansados de las caídas o piensan que ya no hay salida.
El surf es un ejemplo perfecto de cómo la vida puede ser difícil, pero siempre tiene una ola nueva que coger. La única opción es mantenerse en pie y seguir adelante, como Aitor Francesena. Un ejemplo a seguir para todos aquellos que aman el mar o temen a sus olas, porque en el surf, en la vida, solo hay dos opciones: coger la ola y seguir adelante.