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El supertifón Fung-wong se acerca a Taiwán con fuerza disminuida, pero sigue siendo una amenaza para la población filipina. Desde su llegada al archipiélago el fin de semana, ha dejado un recuento de 18 muertos y más de 2,4 millones de personas afectadas por las lluvias torrenciales y fuertes inundaciones.
El gobierno filipino desplegó 10.000 efectivos para responder a la emergencia, mientras que miles de personas se ven desplazadas de sus hogares y refugiadas en cientos de albergues habilitados por el gobierno. Las muertes se deben principalmente a deslizamientos de tierra, ahogamiento y electrocución.
El supertifón ha dejado sin energía a más de 150 localidades filipinas y ha caído 37 puentes y 12 carreteras nacionales inundadas. El gobierno ha mantenido una situación crítica en el país tras el impacto del supertifón, según la directora ejecutiva de Plan Internacional en Filipinas, Pebbles Sanchez-Ogang.
El supertifón se acerca a Taiwán con vientos sostenidos de 100 kilómetros por hora y es catalogado como tormenta tropical intensa. El gobierno taiwanés ha evacuado a más de 3.000 personas, principalmente en el condado de Hualien, que fue duramente golpeado por el supertifón Ragasa.
La temporada de tormentas en el Sudeste Asiático se está convirtiendo cada vez más intensa gracias al calentamiento del océano Pacífico. Este año ya han sido 27 los tifones registrados, y expertos atribuyen esta actividad a los cambios climáticos.
En las últimas horas, las lluvias han afectado principalmente a la isla filipina de Catanduanes, situada frente a la costa oriental de la isla de Luzón, donde se sitúa la capital Manila y donde varias localidades centrales han registrado inundaciones y fallos en el suministro de agua corriente.
El gobierno filipino desplegó 10.000 efectivos para responder a la emergencia, mientras que miles de personas se ven desplazadas de sus hogares y refugiadas en cientos de albergues habilitados por el gobierno. Las muertes se deben principalmente a deslizamientos de tierra, ahogamiento y electrocución.
El supertifón ha dejado sin energía a más de 150 localidades filipinas y ha caído 37 puentes y 12 carreteras nacionales inundadas. El gobierno ha mantenido una situación crítica en el país tras el impacto del supertifón, según la directora ejecutiva de Plan Internacional en Filipinas, Pebbles Sanchez-Ogang.
El supertifón se acerca a Taiwán con vientos sostenidos de 100 kilómetros por hora y es catalogado como tormenta tropical intensa. El gobierno taiwanés ha evacuado a más de 3.000 personas, principalmente en el condado de Hualien, que fue duramente golpeado por el supertifón Ragasa.
La temporada de tormentas en el Sudeste Asiático se está convirtiendo cada vez más intensa gracias al calentamiento del océano Pacífico. Este año ya han sido 27 los tifones registrados, y expertos atribuyen esta actividad a los cambios climáticos.
En las últimas horas, las lluvias han afectado principalmente a la isla filipina de Catanduanes, situada frente a la costa oriental de la isla de Luzón, donde se sitúa la capital Manila y donde varias localidades centrales han registrado inundaciones y fallos en el suministro de agua corriente.