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Meranges, el pueblo más alto de Catalunya, es un destino que no puede ser pasado por alto. Con una altitud de 1.539 metros, se encuentra en la comarca de la Cerdanya y a solo 20 minutos de Bellver de Cerdanya. Este pequeño pueblo de apenas 111 habitantes se destaca por su entorno natural excepcionalmente protegido por la reserva de la Tossa Plana de Lles-Puigpedrós, un espacio natural de alta montaña.
La localidad es ideal para practicar senderismo, ya que en el mismo pueblo empieza un itinerario señalizado que lleva al refugio de Malniu, un lugar precioso lleno de rincones verdes y pinos centenarios. Además, desde el refugio de Malniu también sale otro itinerario que lleva a la cima del Puigpedrós, el pico más alto de la Cerdanya donde se pueden disfrutar de unas vistas panorámicas increíbles de los Pirineos.
Meranges y su casco histórico también son dignos de visitar. El patrimonio cultural ofrece posibilidades interesantes, como la iglesia de Sant Sadurní, un templo románico del siglo XI. En este mismo pueblo se encuentran la capilla de Sant Antoni, los restos de un molino viejo y el Museu de l’Esclop -zueco en castellano-, ya que Meranges acogió a los últimos fabricantes de este tipo de zapato.
El patrimonio arquitectónico medieval del núcleo de la ciudad está muy bien conservado, gracias a las constantes reformas que se han ido aplicando a las viviendas y calles del pueblo. Sus casas de piedra, el ambiente acogedor de sus escasos habitantes y la cercanía a parajes únicos convierten a este pueblo en un refugio ideal para quienes buscan desconectar del ajetreo urbano y disfrutar de la vida rural.
El municipio de Meranges tiene unos parajes naturales de gran belleza como el río Durán, la riera de Tartarès y los lagos de Malniu o de Engorgs. Los vecinos están de acuerdo en que vivir en Meranges es sumergirse en la tranquilidad y la belleza de un pequeño pueblo de alta montaña en la comarca de la Cerdanya. Ofrece un estilo de vida pausado, rodeado de naturaleza virgen, bosques y espectaculares vistas a los Pirineos.
La localidad es ideal para practicar senderismo, ya que en el mismo pueblo empieza un itinerario señalizado que lleva al refugio de Malniu, un lugar precioso lleno de rincones verdes y pinos centenarios. Además, desde el refugio de Malniu también sale otro itinerario que lleva a la cima del Puigpedrós, el pico más alto de la Cerdanya donde se pueden disfrutar de unas vistas panorámicas increíbles de los Pirineos.
Meranges y su casco histórico también son dignos de visitar. El patrimonio cultural ofrece posibilidades interesantes, como la iglesia de Sant Sadurní, un templo románico del siglo XI. En este mismo pueblo se encuentran la capilla de Sant Antoni, los restos de un molino viejo y el Museu de l’Esclop -zueco en castellano-, ya que Meranges acogió a los últimos fabricantes de este tipo de zapato.
El patrimonio arquitectónico medieval del núcleo de la ciudad está muy bien conservado, gracias a las constantes reformas que se han ido aplicando a las viviendas y calles del pueblo. Sus casas de piedra, el ambiente acogedor de sus escasos habitantes y la cercanía a parajes únicos convierten a este pueblo en un refugio ideal para quienes buscan desconectar del ajetreo urbano y disfrutar de la vida rural.
El municipio de Meranges tiene unos parajes naturales de gran belleza como el río Durán, la riera de Tartarès y los lagos de Malniu o de Engorgs. Los vecinos están de acuerdo en que vivir en Meranges es sumergirse en la tranquilidad y la belleza de un pequeño pueblo de alta montaña en la comarca de la Cerdanya. Ofrece un estilo de vida pausado, rodeado de naturaleza virgen, bosques y espectaculares vistas a los Pirineos.