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El Parlamento español se embarca en un análisis delicado sobre si debe sancionar a Vox por tildar al exlíder catalán Lluís Companys de "asesino".
El presidente del Parlamento, Josep Rull, ha desestimado la petición de la CUP de expulsar al portavoz de Vox, Joan Garriga, y suspender su actividad parlamentaria por este motivo. Sin embargo, trasladará el caso a la comisión del estatuto del diputado para analizar si hay sanciones que aplicarle al partido.
Según fuentes parlamentarias, Rull considera que las condiciones para expulsar a Garriga no se cumplen, aunque existen los supuestos para que se examine si se ha vulnerado el código de comportamiento y esto supone una multa.
Este caso vuelve a poner en evidencia un debate sobre qué límite tiene la libertad de expresión en la Cámara. Hay voces que consideran que es prácticamente ilimitada, mientras que otras creen que hay que interrumpir determinados discursos que traspasan los límites de la libertad de expresión y vulneran derechos fundamentales.
El Parlamento también ha acordado cambiar el nombre del auditorio por Lluís Companys para "poner en valor la memoria democrática". Hasta el momento era un acuerdo no escrito, pero tras los ataques contra el primer presidente de Cataluña, el órgano rector decidió retificarlo.
Todo ello ha ocurrido durante una jornada tensa de pleno en el que Vox ya había sido amonestada varias veces por faltar al "decoro" del Parlamento. El portavoz de ERC denunció que la comisión no se estaba reuniendo para dar respuesta a las peticiones pendientes de verificación, y pidió medidas oportunas para poner coto a los discursos de odio en la Cámara.
El presidente del Parlamento, Josep Rull, ha desestimado la petición de la CUP de expulsar al portavoz de Vox, Joan Garriga, y suspender su actividad parlamentaria por este motivo. Sin embargo, trasladará el caso a la comisión del estatuto del diputado para analizar si hay sanciones que aplicarle al partido.
Según fuentes parlamentarias, Rull considera que las condiciones para expulsar a Garriga no se cumplen, aunque existen los supuestos para que se examine si se ha vulnerado el código de comportamiento y esto supone una multa.
Este caso vuelve a poner en evidencia un debate sobre qué límite tiene la libertad de expresión en la Cámara. Hay voces que consideran que es prácticamente ilimitada, mientras que otras creen que hay que interrumpir determinados discursos que traspasan los límites de la libertad de expresión y vulneran derechos fundamentales.
El Parlamento también ha acordado cambiar el nombre del auditorio por Lluís Companys para "poner en valor la memoria democrática". Hasta el momento era un acuerdo no escrito, pero tras los ataques contra el primer presidente de Cataluña, el órgano rector decidió retificarlo.
Todo ello ha ocurrido durante una jornada tensa de pleno en el que Vox ya había sido amonestada varias veces por faltar al "decoro" del Parlamento. El portavoz de ERC denunció que la comisión no se estaba reuniendo para dar respuesta a las peticiones pendientes de verificación, y pidió medidas oportunas para poner coto a los discursos de odio en la Cámara.