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Para que tu cocido o cualquier sopa resulte más fresca, lo único que necesitas hacer es agregar una cucharada aderezada de hierbabuena. Este condimento le aporta un frescor natural y un aroma delicado que transforma el plato sin alterar su esencia. Al incorporar la hierbabuena en tu cocido o sopa, logras obtener una experiencia gastronómica más ligera y apetecible. Además de mejorar el sabor del plato, la hierbabuena también aporta propiedades naturales que pueden aliviar molestias como la indigestión, los gases y los cólicos.
La hierbabuena se consume en diversas formas, como bebida en infusiones o como hierba aromática. Se utiliza en postres, chicles y helados, y es un ingrediente esencial para hacer caramelos. Además, se emplea para aderezar ensaladas, sopas, carnes de caza o de cordero, e incluso se usa en el cóctel famoso del mundo, el mojito cubano.
La hierbabuena tiene un sabor delicado y ligeramente dulce que la convierte en un complemento ideal para platos fríos o calientes. Al añadirla a tu cocido o sopa, logras convertir una experiencia gastronómica tradicional en algo más ligero y apetecible.
Recuerda que los garbanzos deben ponerse a remojo la noche anterior, o al menos durante doce horas en agua fría, para que se hidraten correctamente y se cocinen de forma uniforme. Para hacer este sencillo caldo de puchero con hierbabuena, necesitarás medio kilo de garbanzos, media gallina, tres patatas, dos zanahorias, un hueso blanco salado, un hueso de costilla de cerdo salado, un nabo pequeño y una chirivía, y un buen manojo de hierbabuena.
En primer lugar, cogemos una olla amplia convencional u olla rápida y colocamos en el fondo la carne, los huesos previamente lavados con un chorro de agua fría para eliminar el exceso de sal, y los garbanzos escurridos. Llenamos con agua mineral hasta cubrir todos los ingredientes. Ponemos la olla a fuego medio-alto para que comience la cocción.
Mientras tanto, lavamos cuidadosamente las verduras y las incorporamos a la olla. Esperamos a que empiece a hervir y retiramos la espuma que se forma en la superficie. Llegados a este punto, tapamos la olla si es a presión o bajamos el fuego y dejamos cocer durante aproximadamente tres horas a fuego lento.
Finalmente, al servir, colocamos unas hojas frescas de hierbabuena en la taza hondo y vertemos el caldo bien caliente. Este sencillo gesto aporta un aroma delicado y un toque refrescante que eleva el plato.
La hierbabuena se consume en diversas formas, como bebida en infusiones o como hierba aromática. Se utiliza en postres, chicles y helados, y es un ingrediente esencial para hacer caramelos. Además, se emplea para aderezar ensaladas, sopas, carnes de caza o de cordero, e incluso se usa en el cóctel famoso del mundo, el mojito cubano.
La hierbabuena tiene un sabor delicado y ligeramente dulce que la convierte en un complemento ideal para platos fríos o calientes. Al añadirla a tu cocido o sopa, logras convertir una experiencia gastronómica tradicional en algo más ligero y apetecible.
Recuerda que los garbanzos deben ponerse a remojo la noche anterior, o al menos durante doce horas en agua fría, para que se hidraten correctamente y se cocinen de forma uniforme. Para hacer este sencillo caldo de puchero con hierbabuena, necesitarás medio kilo de garbanzos, media gallina, tres patatas, dos zanahorias, un hueso blanco salado, un hueso de costilla de cerdo salado, un nabo pequeño y una chirivía, y un buen manojo de hierbabuena.
En primer lugar, cogemos una olla amplia convencional u olla rápida y colocamos en el fondo la carne, los huesos previamente lavados con un chorro de agua fría para eliminar el exceso de sal, y los garbanzos escurridos. Llenamos con agua mineral hasta cubrir todos los ingredientes. Ponemos la olla a fuego medio-alto para que comience la cocción.
Mientras tanto, lavamos cuidadosamente las verduras y las incorporamos a la olla. Esperamos a que empiece a hervir y retiramos la espuma que se forma en la superficie. Llegados a este punto, tapamos la olla si es a presión o bajamos el fuego y dejamos cocer durante aproximadamente tres horas a fuego lento.
Finalmente, al servir, colocamos unas hojas frescas de hierbabuena en la taza hondo y vertemos el caldo bien caliente. Este sencillo gesto aporta un aroma delicado y un toque refrescante que eleva el plato.