CharlaDelSurX
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La lucha por la audiencia y la política es el clásico baile de la televisión española. RTVE, especialmente La 1, ha optado por una estrategia de agitación y barricada, pero ¿es legítima esta táctica en un servicio público que debe mantener equilibrios y una equidistancia?
La cadena pública está dispuesta a quemar sus naves para ganar audiencia. El éxito de programas como "Mañaneros 360" con una cuota media del 14,1% en su estreno es claro. Pero este éxito se logra mediante contenidos políticos que despiertan el antisanchismo y la defensa abierta de posiciones progresistas, lo cual no es una estrategia política efectiva.
Los programas de debate como "Mañaneros 360" y "Malas Lenguas" se atienen a los hechos, pero los tonos utilizados son beligerantes y desequilibrados. Los presentadores, especialmente Javier Ruiz y Jesús Cintora, adoptan un estilo agresivo y enfático que puede ser perjudicial en una dinámica política constructiva.
En cambio, programas como "La hora de La 1" con Silvia Intxaurrondo ofrecen una propuesta elegante sin aspavientos ni pasiones encendidas. El tono es cortés y el contenido bien equilibrado. Es un modelo que debería ser adoptado por RTVE para ofrecer información de calidad a su audiencia.
En cuanto a los informativos, como "Directo al grano" y "Malas Lenguas", siguen el mismo esquema de espeluznante. Pero, paradoxalmente, estas programas también han logrado una buena audiencia. La clave parece estar en ofrecer un debate popular y accesible que atrae a un público ávido de discusiones políticas.
En resumen, la lucha por la audiencia en la televisión española ha llevado a RTVE a adoptar estrategias que pueden ser perjudiciales para la política. La cadena pública debería reflejarse y ofrecer información de calidad que sea constructiva y equilibrada, más allá del tono polarizador que muchos programas actualmente utilizan.
La televisión debe ser un espejo de la sociedad, pero también debe ser un reflexivo que invite a la reflexión. La lucha por la audiencia en RTVE ha llevado a una espiral cutre donde resulta difícil calmar las aguas de la tormenta. Es hora de encontrar un equilibrio y ofrecer información de calidad que fomente una política más constructiva.
La cadena pública está dispuesta a quemar sus naves para ganar audiencia. El éxito de programas como "Mañaneros 360" con una cuota media del 14,1% en su estreno es claro. Pero este éxito se logra mediante contenidos políticos que despiertan el antisanchismo y la defensa abierta de posiciones progresistas, lo cual no es una estrategia política efectiva.
Los programas de debate como "Mañaneros 360" y "Malas Lenguas" se atienen a los hechos, pero los tonos utilizados son beligerantes y desequilibrados. Los presentadores, especialmente Javier Ruiz y Jesús Cintora, adoptan un estilo agresivo y enfático que puede ser perjudicial en una dinámica política constructiva.
En cambio, programas como "La hora de La 1" con Silvia Intxaurrondo ofrecen una propuesta elegante sin aspavientos ni pasiones encendidas. El tono es cortés y el contenido bien equilibrado. Es un modelo que debería ser adoptado por RTVE para ofrecer información de calidad a su audiencia.
En cuanto a los informativos, como "Directo al grano" y "Malas Lenguas", siguen el mismo esquema de espeluznante. Pero, paradoxalmente, estas programas también han logrado una buena audiencia. La clave parece estar en ofrecer un debate popular y accesible que atrae a un público ávido de discusiones políticas.
En resumen, la lucha por la audiencia en la televisión española ha llevado a RTVE a adoptar estrategias que pueden ser perjudiciales para la política. La cadena pública debería reflejarse y ofrecer información de calidad que sea constructiva y equilibrada, más allá del tono polarizador que muchos programas actualmente utilizan.
La televisión debe ser un espejo de la sociedad, pero también debe ser un reflexivo que invite a la reflexión. La lucha por la audiencia en RTVE ha llevado a una espiral cutre donde resulta difícil calmar las aguas de la tormenta. Es hora de encontrar un equilibrio y ofrecer información de calidad que fomente una política más constructiva.