ForoDelMateLibre
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Un viajero cósmico ha cruzado nuestro sistema solar. 3I/ATLAS es el nombre del cometa que ha llegado a nuestras estrellas, y lo hace de una manera única. Su trayectoria es hiperbólica, lo que significa que no se mueve alrededor del Sol, sino que viene de fuera y se va para no volver nunca.
Lo que más llama la atención en este cometa es su composición. Según los datos obtenidos por el telescopio James Webb, su atmósfera está llena de dióxido de carbono (CO2) en cantidades que no se habían visto jamás en un cometa. En efecto, tiene ocho veces más CO2 que agua, lo que es sorprendente.
También contiene trazas de monóxido de carbono, agua y carbono, aunque en cantidades mucho más modestas. La nube de CO2 se extiende por al menos 348.000 km alrededor del núcleo, un halo enorme que refleja su naturaleza poco común.
El núcleo del cometa podría medir hasta 5,6 km de diámetro, aunque algunos estudios sugieren que podría ser mucho más pequeño si gran parte del brillo que vemos proviene del polvo de la coma. Lo que es aún más intrigante es su comportamiento, ya que cambia de brillo sin razón y emite gases desconocidos.
La verdad es que nadie sabe con certeza qué lo está haciendo comportarse de esta manera. Algunos sugieren que podría ser un fragmento de un planeta helado destruido en otro sistema, mientras que otros piensan que tal vez no sea completamente natural. Pero hasta que no tengamos más datos, la ciencia mantiene los pies en la Tierra.
Lo que sí sabemos es que el cometa 3I/ATLAS nos recuerda que el universo no es nuestro. Somos solo una nota en una sinfonía cósmica enorme, y de vez en cuando, una nota de otro lugar resuena en nuestra. Este viajero silencioso, antiguo y extraño nos deja la sensación de asombro.
Mientras tanto, este cometa no se quedará mucho tiempo en nuestro cielo. Pasará cerca, dejará a los científicos con miles de preguntas nuevas, y seguirá su camino hacia lo desconocido. Pero mientras tanto, nos deja la emoción de preguntarnos: ¿Qué más habrá ahí fuera?
Lo que más llama la atención en este cometa es su composición. Según los datos obtenidos por el telescopio James Webb, su atmósfera está llena de dióxido de carbono (CO2) en cantidades que no se habían visto jamás en un cometa. En efecto, tiene ocho veces más CO2 que agua, lo que es sorprendente.
También contiene trazas de monóxido de carbono, agua y carbono, aunque en cantidades mucho más modestas. La nube de CO2 se extiende por al menos 348.000 km alrededor del núcleo, un halo enorme que refleja su naturaleza poco común.
El núcleo del cometa podría medir hasta 5,6 km de diámetro, aunque algunos estudios sugieren que podría ser mucho más pequeño si gran parte del brillo que vemos proviene del polvo de la coma. Lo que es aún más intrigante es su comportamiento, ya que cambia de brillo sin razón y emite gases desconocidos.
La verdad es que nadie sabe con certeza qué lo está haciendo comportarse de esta manera. Algunos sugieren que podría ser un fragmento de un planeta helado destruido en otro sistema, mientras que otros piensan que tal vez no sea completamente natural. Pero hasta que no tengamos más datos, la ciencia mantiene los pies en la Tierra.
Lo que sí sabemos es que el cometa 3I/ATLAS nos recuerda que el universo no es nuestro. Somos solo una nota en una sinfonía cósmica enorme, y de vez en cuando, una nota de otro lugar resuena en nuestra. Este viajero silencioso, antiguo y extraño nos deja la sensación de asombro.
Mientras tanto, este cometa no se quedará mucho tiempo en nuestro cielo. Pasará cerca, dejará a los científicos con miles de preguntas nuevas, y seguirá su camino hacia lo desconocido. Pero mientras tanto, nos deja la emoción de preguntarnos: ¿Qué más habrá ahí fuera?