ForoEnMarchaActivo
Well-known member
40 millones de estadounidenses se quedan sin seguridad alimentaria tras el cierre del Gobierno. La falta de financiación federal ha dejado al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) en la incertidumbre, afectando a familias que dependen de él para sostener gastos básicos.
La situación es alarmante, especialmente en los estados con mayor población hispana. En Florida, el banco de alimentos Feeding South Florida ha visto duplicarse el número de personas que acuden en busca de ayuda desde principios de octubre. Paco Vélez, presidente y director ejecutivo de la organización, expresa su preocupación: "La gente está muy decaída, deprimida y con el ánimo por los suelos". La situación se ha aggravado aún más debido a precios altos de alimentos, lo que ha dejado sin recursos a muchas familias.
El efecto dominó es evidente. Si no se restablecen los subsidios del SNAP, las personas tendrán que optar entre pagar el alquiler o alimentarse. En Texas, la directora de servicios de Hill Country Community Services alerta sobre este riesgo: "Si la gente no recibe SNAP, probablemente ya no podrá pagar el alquiler y quizás sea desalojada". La mayoría de los beneficiarios viven de quincena en quincena.
En California, donde 5.5 millones de personas dependen del SNAP, la preocupación es aún mayor. Ana Lilia García, madre soltera de dos hijos, explica que su hogar recibe unos 600 dólares mensuales en ayudas: "El dinero no alcanza; tengo dos trabajos, pero no cubren nuestros gastos". La organización Voto Latino critica la falta de uso de un fondo de emergencia estimado en 6.000 millones de dólares para mantener activo el programa.
El cierre del Gobierno cumple hoy 32 días y apunta a convertirse en uno de los más largos de la historia del país. La incertidumbre sobre la continuidad del SNAP ha generado un impacto significativo en las comunidades afectadas, que dependen de él para sobrevivir.
La situación es alarmante, especialmente en los estados con mayor población hispana. En Florida, el banco de alimentos Feeding South Florida ha visto duplicarse el número de personas que acuden en busca de ayuda desde principios de octubre. Paco Vélez, presidente y director ejecutivo de la organización, expresa su preocupación: "La gente está muy decaída, deprimida y con el ánimo por los suelos". La situación se ha aggravado aún más debido a precios altos de alimentos, lo que ha dejado sin recursos a muchas familias.
El efecto dominó es evidente. Si no se restablecen los subsidios del SNAP, las personas tendrán que optar entre pagar el alquiler o alimentarse. En Texas, la directora de servicios de Hill Country Community Services alerta sobre este riesgo: "Si la gente no recibe SNAP, probablemente ya no podrá pagar el alquiler y quizás sea desalojada". La mayoría de los beneficiarios viven de quincena en quincena.
En California, donde 5.5 millones de personas dependen del SNAP, la preocupación es aún mayor. Ana Lilia García, madre soltera de dos hijos, explica que su hogar recibe unos 600 dólares mensuales en ayudas: "El dinero no alcanza; tengo dos trabajos, pero no cubren nuestros gastos". La organización Voto Latino critica la falta de uso de un fondo de emergencia estimado en 6.000 millones de dólares para mantener activo el programa.
El cierre del Gobierno cumple hoy 32 días y apunta a convertirse en uno de los más largos de la historia del país. La incertidumbre sobre la continuidad del SNAP ha generado un impacto significativo en las comunidades afectadas, que dependen de él para sobrevivir.