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El Ayuntamiento de Barcelona estudia convertir dos tramos de Borrell en una calle ajardinada, una medida que busca compensar la zona verde perdida por el traslado del parque de bomberos del parque de Joan Miró a la avenida de Sarrià.
La iniciativa surgió como consecuencia de la polémica generada por ese movimiento, y pretende desencallar los conflictos vecinales que se produjeron en su día. En el último paso de la política municipal en 2024, la aprobación del proyecto urbanístico de una torre de oficinas de siete plantas ha quedado estancada.
Según las fuentes municipales, la solución consiste en un proyecto que se ejecutaría en dos fases. La primera fase sería la reconversión de esos dos tramos y medio de Borrell en algo similar a los ejes verdes del Eixample.
La idea es lograr esa reconversión, pero esta vez sin denuncias. De llevarse a cabo, ese eje verde (o como se le decida llamar) desembocaría directamente en la calle principal de Escola Industrial, que a medio plazo está previsto que se convierta en un refugio climático.
La segunda fase, que quedaría pospuesta hasta que finalicen las obras de la línea L9 de Ferrocarrils, pasaría por ampliar las aceras de la calle de Urgell y de la avenida de Sarrià. La ampliación de las aceras vendría a consolidar esa reducción.
La iniciativa surgió como consecuencia de la polémica generada por ese movimiento, y pretende desencallar los conflictos vecinales que se produjeron en su día. En el último paso de la política municipal en 2024, la aprobación del proyecto urbanístico de una torre de oficinas de siete plantas ha quedado estancada.
Según las fuentes municipales, la solución consiste en un proyecto que se ejecutaría en dos fases. La primera fase sería la reconversión de esos dos tramos y medio de Borrell en algo similar a los ejes verdes del Eixample.
La idea es lograr esa reconversión, pero esta vez sin denuncias. De llevarse a cabo, ese eje verde (o como se le decida llamar) desembocaría directamente en la calle principal de Escola Industrial, que a medio plazo está previsto que se convierta en un refugio climático.
La segunda fase, que quedaría pospuesta hasta que finalicen las obras de la línea L9 de Ferrocarrils, pasaría por ampliar las aceras de la calle de Urgell y de la avenida de Sarrià. La ampliación de las aceras vendría a consolidar esa reducción.