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El cambio horario en invierno: ¿un verdadero ahorro energético?
La entrada en el horario de invierno nos traerá, nuevamente, una serie de consecuencias que van más allá del simple ajuste horario. En este ocasión, la cuestión es si realmente podemos ahorramos energía y si esta práctica tiene algún beneficio significativo.
En España, como en el resto de la Unión Europea, se mantiene una obligación de cambiar la hora dos veces al año para cumplir con la Directiva Europea de Cambio de Hora 2000/84/CE. Este compromiso tiene como objetivo ahorrar energía y reducir nuestra huella de carbono.
Sin embargo, los datos recientes del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) revelan que el ahorro energético en España es mínimo. Según este instituto, el consumo total de energía se reduce solo en 300 millones de euros anuales, de los cuales 210 millones corresponden al sector terciario e industrial y 90 millones al hogar, lo que equivale a una rebaja media del recibo de luz de unos seis euros anuales.
Estos resultados han llevado a algunos expertos a cuestionar la utilidad del cambio horario. El Parlamento Europeo había propuesto eliminar esta práctica en 2018, pero aún no se ha logrado un acuerdo entre los países miembros sobre qué horario mantener.
Además, el análisis del IDAE también destaca que aunque puede haber ahorros de energía en la iluminación, no es tan evidente que ocurra lo mismo con la calefacción. En realidad, se podría incluso aumentar su consumo debido al cambio de hora.
En resumen, parece que el cambio horario en invierno no tiene tanto impacto en el ahorro energético como se pensaba. La práctica ha sido manteniendo durante más de un siglo y su utilidad sigue siendo objeto de debate.
La entrada en el horario de invierno nos traerá, nuevamente, una serie de consecuencias que van más allá del simple ajuste horario. En este ocasión, la cuestión es si realmente podemos ahorramos energía y si esta práctica tiene algún beneficio significativo.
En España, como en el resto de la Unión Europea, se mantiene una obligación de cambiar la hora dos veces al año para cumplir con la Directiva Europea de Cambio de Hora 2000/84/CE. Este compromiso tiene como objetivo ahorrar energía y reducir nuestra huella de carbono.
Sin embargo, los datos recientes del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) revelan que el ahorro energético en España es mínimo. Según este instituto, el consumo total de energía se reduce solo en 300 millones de euros anuales, de los cuales 210 millones corresponden al sector terciario e industrial y 90 millones al hogar, lo que equivale a una rebaja media del recibo de luz de unos seis euros anuales.
Estos resultados han llevado a algunos expertos a cuestionar la utilidad del cambio horario. El Parlamento Europeo había propuesto eliminar esta práctica en 2018, pero aún no se ha logrado un acuerdo entre los países miembros sobre qué horario mantener.
Además, el análisis del IDAE también destaca que aunque puede haber ahorros de energía en la iluminación, no es tan evidente que ocurra lo mismo con la calefacción. En realidad, se podría incluso aumentar su consumo debido al cambio de hora.
En resumen, parece que el cambio horario en invierno no tiene tanto impacto en el ahorro energético como se pensaba. La práctica ha sido manteniendo durante más de un siglo y su utilidad sigue siendo objeto de debate.