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Un hombre de 39 años, ex trabajador de una residencia de mayores en Campos, está ya en libertad después de ser detenido por las Guardias Civiles por presuntamente haber agredido sexualmente a cuatro compañeras y a una usuaria. El varón, que tenía 33 años en el momento de los supuestos abusos, negó declarar ante un juzgado de Manacor pero fue condenado a una orden de alejamiento de la residencia, sus víctimas y familiares.
Según fuentes cercanas al caso, las familias del ex empleado interpusieron una denuncia el pasado 20 de octubre, aunque los hechos tuvieron lugar tiempo atrás. El hombre supuestamente sometió a cuatro compañeras jóvenes a tocamientos innecesarios y a una interna que sufre parálisis, una mujer que requiere asistencia continua.
El acusado se ofrecía a realizar "masajes terapéuticos" a sus compañeras de trabajo y usuarias, pero según denunciantes, aprovechaba este pretexto para acariciarlas de forma inapropiada. Una de las víctimas llegó a declarar que el hombre les quitaba la ropa a la fuerza.
La residencia Sor Maria Rafaela, donde trabajaba el ex empleado, es la única existente en Campos y está gestionada por una empresa privada que fue despedida del contrato después de presentarse las denuncias. El Ayuntamiento de la localidad ha acompañado a las víctimas en todo momento, incluso en la presentación de la denuncia ante la Guardia Civil.
La concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento, Maria Antònia Barceló, ha asegurado que el municipio "ha estado siempre al lado de las víctimas" y ha pedido tranquilidad a familiares y víctimas para evitar represalias. Aunque se han cambiado las llaves de la residencia, según fuentes cercanas al caso, esto fue debido a medidas preventivas.
Según fuentes cercanas al caso, las familias del ex empleado interpusieron una denuncia el pasado 20 de octubre, aunque los hechos tuvieron lugar tiempo atrás. El hombre supuestamente sometió a cuatro compañeras jóvenes a tocamientos innecesarios y a una interna que sufre parálisis, una mujer que requiere asistencia continua.
El acusado se ofrecía a realizar "masajes terapéuticos" a sus compañeras de trabajo y usuarias, pero según denunciantes, aprovechaba este pretexto para acariciarlas de forma inapropiada. Una de las víctimas llegó a declarar que el hombre les quitaba la ropa a la fuerza.
La residencia Sor Maria Rafaela, donde trabajaba el ex empleado, es la única existente en Campos y está gestionada por una empresa privada que fue despedida del contrato después de presentarse las denuncias. El Ayuntamiento de la localidad ha acompañado a las víctimas en todo momento, incluso en la presentación de la denuncia ante la Guardia Civil.
La concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento, Maria Antònia Barceló, ha asegurado que el municipio "ha estado siempre al lado de las víctimas" y ha pedido tranquilidad a familiares y víctimas para evitar represalias. Aunque se han cambiado las llaves de la residencia, según fuentes cercanas al caso, esto fue debido a medidas preventivas.