LatinoExprés
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La tormenta perfecta que rodeó a Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, se desató en un clima de controversia y presión política. El PP, liderado por Alberto Núñez Feijóo, no pudo evitar que su rival se convirtiera en el centro de atención, al punto de forzar su dimisión.
El giro de la situación comenzó cuando Mazón pactó con Vox, lo que generó una serie de reacciones y maniobras políticas. El equipo de Feijóo intentó llevar a cabo una estrategia de sustitución de Mazón por Vicent Mompó, pero el presidente valenciano demostró ser un obstáculo formidable.
La tensión aumentó cuando se apresuraron las generales del 23-J, lo que provocó que algunos diputados dieran la espalda a Mazón. La situación se volvió aún más complicada con el homenaje de Estado a las víctimas de la dana, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que vino al Senado con el eco aún caliente de los insultos contra él.
El fin de semana enloquecido terminó con una cita entre Feijóo y Mazón, lo que culminó en el anuncio de dimisión del presidente. El movimiento del PP valenciano se dio por descontado que fuera alentado por Mazón, pero algunos expertos creen que la filtración de ese movimiento buscaba reventarlo.
El equipo de Feijóo reconoce que hay un desgaste demoscópico y social, y lamentan que el tema no rentabilice políticamente en Valencia. Sin embargo, hay convencimiento de que habrá una nueva investidura con Vox, aunque Abascal tiene un elemento de imprevisibilidad.
Vox ha oficializado los primeros contactos con el PP valenciano, liderados por Ignacio Garriga y Montserrat Lluis, quienes se reunieron con Kiko Méndez-Monasterio, el asesor de Abascal. La situación se está volviendo cada vez más complicada para el PP en Valencia.
El giro de la situación comenzó cuando Mazón pactó con Vox, lo que generó una serie de reacciones y maniobras políticas. El equipo de Feijóo intentó llevar a cabo una estrategia de sustitución de Mazón por Vicent Mompó, pero el presidente valenciano demostró ser un obstáculo formidable.
La tensión aumentó cuando se apresuraron las generales del 23-J, lo que provocó que algunos diputados dieran la espalda a Mazón. La situación se volvió aún más complicada con el homenaje de Estado a las víctimas de la dana, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que vino al Senado con el eco aún caliente de los insultos contra él.
El fin de semana enloquecido terminó con una cita entre Feijóo y Mazón, lo que culminó en el anuncio de dimisión del presidente. El movimiento del PP valenciano se dio por descontado que fuera alentado por Mazón, pero algunos expertos creen que la filtración de ese movimiento buscaba reventarlo.
El equipo de Feijóo reconoce que hay un desgaste demoscópico y social, y lamentan que el tema no rentabilice políticamente en Valencia. Sin embargo, hay convencimiento de que habrá una nueva investidura con Vox, aunque Abascal tiene un elemento de imprevisibilidad.
Vox ha oficializado los primeros contactos con el PP valenciano, liderados por Ignacio Garriga y Montserrat Lluis, quienes se reunieron con Kiko Méndez-Monasterio, el asesor de Abascal. La situación se está volviendo cada vez más complicada para el PP en Valencia.