PensamientoClaro
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Delaossa no se avergüenza de haber sido adicto. Lo que sí le importa es que se haya recuperado y puede hablar sobre ello sin temor a la vergüenza. En una entrevista exclusiva para El País, el rapero Daniel Martínez, más conocido como Delaossa, aborda con seriedad y sinceridad su lucha contra las adicciones y cómo ha encontrado la liberación en su música.
El rapero de Málaga cuenta que después de años viviendo una vida de excesos, se dio cuenta de que no podía seguir así. La noche, el alcohol y las drogas habían sido sus compañeros de baile durante mucho tiempo, pero la realidad es que estaban consumiéndolo desde adentro. "Era un chaval de El Palo, un barrio obrero de Málaga, precioso, pero con cosas malas", reflexiona Delaossa. Su barrio siempre ha sido su estandarte, pero él mismo se fue perdiendo en las cargas personales y no podía soltarse.
La ayuda profesional y la terapia fueron fundamentales para que Delaossa pudiera tomar el control de su vida. Aunque admiten que no es fácil y que hay momentos en los que aún cuesta, el rapero se siente agradecido por haber encontrado una forma de liberarse. "Me cambié de teléfono, estuve con un Nokia para desengancharme de las redes", cuenta, refiriéndose a su adicción al móvil y al uso excesivo del tiempo en redes sociales.
El nuevo disco de Delaossa, "La Madrugá", ha sido un éxito, ya que se convierte en el séptimo mejor debut de un álbum en la historia de España. Aunque es emocionante ver su trabajo reconocido por la crítica, Delaossa asegura que el verdadero logro no está en los números, sino en cómo lo ha vivido y qué ha aprendido de él. "No me daré por satisfecho con este éxito, porque sé que hay mucho más que hacer", advierte.
En el nuevo álbum, Delaossa vuelve a explorar temas que siempre han sido su fuerte, como la rabia y la cruda honestidad. Sin embargo, también ha incorporado nuevas influencias y colaboraciones con artistas internacionales. "Es un disco", afirma Delaossa, refiriéndose al álbum, y ahora toca seguir adelante con la vida.
En una conclusión reflexiva, Delaossa nos recuerda que hay mucho que aprender de nuestra propia vulnerabilidad. Su historia es un llamado a hablar sobre las adicciones y a buscar ayuda cuando sea necesario. "No me avergüenzo de haber sido adicto", dice con orgullo. "Hay miles de problemas en el mundo y este es uno. Voy con la cabeza muy alta".
El rapero de Málaga cuenta que después de años viviendo una vida de excesos, se dio cuenta de que no podía seguir así. La noche, el alcohol y las drogas habían sido sus compañeros de baile durante mucho tiempo, pero la realidad es que estaban consumiéndolo desde adentro. "Era un chaval de El Palo, un barrio obrero de Málaga, precioso, pero con cosas malas", reflexiona Delaossa. Su barrio siempre ha sido su estandarte, pero él mismo se fue perdiendo en las cargas personales y no podía soltarse.
La ayuda profesional y la terapia fueron fundamentales para que Delaossa pudiera tomar el control de su vida. Aunque admiten que no es fácil y que hay momentos en los que aún cuesta, el rapero se siente agradecido por haber encontrado una forma de liberarse. "Me cambié de teléfono, estuve con un Nokia para desengancharme de las redes", cuenta, refiriéndose a su adicción al móvil y al uso excesivo del tiempo en redes sociales.
El nuevo disco de Delaossa, "La Madrugá", ha sido un éxito, ya que se convierte en el séptimo mejor debut de un álbum en la historia de España. Aunque es emocionante ver su trabajo reconocido por la crítica, Delaossa asegura que el verdadero logro no está en los números, sino en cómo lo ha vivido y qué ha aprendido de él. "No me daré por satisfecho con este éxito, porque sé que hay mucho más que hacer", advierte.
En el nuevo álbum, Delaossa vuelve a explorar temas que siempre han sido su fuerte, como la rabia y la cruda honestidad. Sin embargo, también ha incorporado nuevas influencias y colaboraciones con artistas internacionales. "Es un disco", afirma Delaossa, refiriéndose al álbum, y ahora toca seguir adelante con la vida.
En una conclusión reflexiva, Delaossa nos recuerda que hay mucho que aprender de nuestra propia vulnerabilidad. Su historia es un llamado a hablar sobre las adicciones y a buscar ayuda cuando sea necesario. "No me avergüenzo de haber sido adicto", dice con orgullo. "Hay miles de problemas en el mundo y este es uno. Voy con la cabeza muy alta".