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Un homenaje estatal cayó en el vacío político y social. Carlos Mazón asistió a un "funeral laico" ante la ira de las familias de las víctimas de la DANA del 29 de octubre de 2024, un acto que dejó a Valencia y a España conmovido por el dolor de las más de 240 víctimas mortales. Mientras tanto, el presidente autonómico se dirigió al homenaje sin presentar su dimisión, como lo había acordado hacer en ese momento, lo cual generó críticas.
La visita de Mazón fue un golpe para la dignidad de las familias de las víctimas, quienes lanzaron gritos e insultos contra el político. El periodista Vicente Vallés destaca que "Mazón era plenamente consciente de que iba a ocurrir". La presencia del líder autonómico se puede considerar como una falta de respeto hacia las víctimas y sus familiares.
El análisis de Vicente Vallés revela que el discurso institucional de Mazón fue muy crítico, pero solo reconoció un "mínimo, sólo mínimo, reconocimiento de responsabilidad" al decir que "hubo cosas que se pudieron hacer mejor". En otras palabras, la autocrítica de Mazón no fue suficiente para calmar la ira de las familias.
El gesto del presidente autonómico como asistente de honor en un evento tan emotivo generó consternación. Su presencia fue una señal de que el dolor y la indignación de las víctimas siguen sin ser atendidos por los líderes políticos, lo cual es un lema amargo para las familias de las víctimas.
La palabra más significativa del día fue aquella de Vicente Vallés: "sin presentar su dimisión". Una frase que resume la falta de voluntad política para enfrentar la realidad y dar cuenta de sus errores. La visita de Mazón al homenaje estatal se convirtió en un escándalo, pero lo más relevante es el silencio absoluto con respecto a las demandas de las familias de las víctimas.
La visita de Mazón fue un golpe para la dignidad de las familias de las víctimas, quienes lanzaron gritos e insultos contra el político. El periodista Vicente Vallés destaca que "Mazón era plenamente consciente de que iba a ocurrir". La presencia del líder autonómico se puede considerar como una falta de respeto hacia las víctimas y sus familiares.
El análisis de Vicente Vallés revela que el discurso institucional de Mazón fue muy crítico, pero solo reconoció un "mínimo, sólo mínimo, reconocimiento de responsabilidad" al decir que "hubo cosas que se pudieron hacer mejor". En otras palabras, la autocrítica de Mazón no fue suficiente para calmar la ira de las familias.
El gesto del presidente autonómico como asistente de honor en un evento tan emotivo generó consternación. Su presencia fue una señal de que el dolor y la indignación de las víctimas siguen sin ser atendidos por los líderes políticos, lo cual es un lema amargo para las familias de las víctimas.
La palabra más significativa del día fue aquella de Vicente Vallés: "sin presentar su dimisión". Una frase que resume la falta de voluntad política para enfrentar la realidad y dar cuenta de sus errores. La visita de Mazón al homenaje estatal se convirtió en un escándalo, pero lo más relevante es el silencio absoluto con respecto a las demandas de las familias de las víctimas.