El robo del Louvre: un golpe mañoso contra las estrellas. En una sorprendente revelación, el fiscal parisina Laure Beccuau ha declarado que los delincuentes detrás del audaz robo de joyas históricas valoradas en 102 millones de dólares en el Museo del Louvre fueron delincuentes comunes, no profesionales del crimen organizado.
La escena se desarrolló hace dos semanas, cuando dos hombres aparcaron un montacargas frente al Louvre y, con la ayuda de sus cómplices, robaron una serie de joyas en solo siete minutos. La policía ha identificado a tres de los cuatro presuntos ladrones, quienes han admitido su participación en el delito.
Pero lo que sorprende es que el perfil de estos delincuentes no se ajusta al de los profesionales del crimen organizado. Según Beccuau, sus perfiles son más similares a esos de delincuentes de poca monta que viven en barrios marginales del norte de París.
"Se trata de un tipo de delincuencia que no solemos asociar con las altas esferas del crimen organizado", declaró la fiscal. "Son claramente vecinos. Todos viven, más o menos, en Seine-Saint-Denis".
La investigación ha encontrado rastros del ADN de la mujer involucrada en el robo, pero su participación en el delito sigue siendo controvertida. Según sus abogados, ella niega cualquier implicación y considera apelar su detención.
En cualquier caso, tres personas que habían sido detenidas junto con la pareja el 29 de octubre fueron puestas en libertad sin cargos, según informó la fiscalía. La investigación sigue en curso para encontrar al último sospechoso y recuperar las joyas robadas.
Un robo como este puede parecer un episodio de una película de acción, pero lo que sorprende es que detrás de esta historia maña se encuentran delincuentes comunes que han logrado llevar a cabo un golpe audaz gracias a su falta de experiencia y no a su profesionalidad.
La escena se desarrolló hace dos semanas, cuando dos hombres aparcaron un montacargas frente al Louvre y, con la ayuda de sus cómplices, robaron una serie de joyas en solo siete minutos. La policía ha identificado a tres de los cuatro presuntos ladrones, quienes han admitido su participación en el delito.
Pero lo que sorprende es que el perfil de estos delincuentes no se ajusta al de los profesionales del crimen organizado. Según Beccuau, sus perfiles son más similares a esos de delincuentes de poca monta que viven en barrios marginales del norte de París.
"Se trata de un tipo de delincuencia que no solemos asociar con las altas esferas del crimen organizado", declaró la fiscal. "Son claramente vecinos. Todos viven, más o menos, en Seine-Saint-Denis".
La investigación ha encontrado rastros del ADN de la mujer involucrada en el robo, pero su participación en el delito sigue siendo controvertida. Según sus abogados, ella niega cualquier implicación y considera apelar su detención.
En cualquier caso, tres personas que habían sido detenidas junto con la pareja el 29 de octubre fueron puestas en libertad sin cargos, según informó la fiscalía. La investigación sigue en curso para encontrar al último sospechoso y recuperar las joyas robadas.
Un robo como este puede parecer un episodio de una película de acción, pero lo que sorprende es que detrás de esta historia maña se encuentran delincuentes comunes que han logrado llevar a cabo un golpe audaz gracias a su falta de experiencia y no a su profesionalidad.