CharlaGlobal
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En los campos aragoneses, donde el sol se oculta detrás de las sierras y las montañas, se está trabajando duro para mantener la tradición agroalimentaria. Sin embargo, muchos agricultores y ganaderos están enfrentando una realidad difícil: la supervivencia en un entorno competitivo y desaparecida.
La cooperatividad es el motor que puede hacer que las explotaciones sean más sostenibles y rentables, permitiendo a los productores acceder a mercados y clientes que de otra forma serían inaccesibles. Al unirse en alianzas, estos agricultores y ganaderos pueden beneficiarse de una estructura más eficiente, con menos costos y sin tener que ocuparse únicamente de conseguir el "mejor fruto posible".
Las cooperativas les suministrarán todo lo necesario para la labor, desde semillas y piensos hasta abonos y combustible. También pondrán a su disposición instalaciones, maquinaria, formación y asesoramiento. Además, tienen canales de comercialización para dar salida a sus productos en condiciones óptimas.
El impacto de esta colaboración llega también al consumidor final. Al adquirir alimentos procedentes de cooperativas, obtiene productos de calidad, de proximidad y a precios asequibles. Y no solo eso: el consumidor está contribuyendo a la sostenibilidad del modelo de agricultura familiar, que es un modelo que se basa en la revolución de los beneficios sobre el territorio, que no se puede deslocalizar y que genera empleo estable en zonas donde es más difícil obtenerlo.
Las cooperativas son auténticos motores económicos y sociales en el entorno rural. Su capacidad para crear empleo ayuda a fijar población e impulsa la actividad de otros sectores. En muchas localidades, las cooperativas son las principales -y en ocasiones, las únicas- empresas existentes.
En Aragón, Cooperativas Agroalimentarias tiene a su cargo casi 160 cooperativas agroalimentarias y 50.000 familias entre socios y trabajadores. En este Año Internacional de las Cooperativas, se quiere visibilizar este modelo y acercar a la ciudadanía la forma de trabajar de las cooperativas, su papel y los valores que las definen.
En definitiva, la unión de los productores permite acceder a servicios, clientes y mercados que de otra forma serían inaccesibles. Se crean sinergias que benefician a nuestras zonas rurales y ofrecen al consumidor alimentos seguros y con el mejor sabor. Pero también representan una forma de entender el territorio basada en el esfuerzo compartido, la sostenibilidad y el compromiso con el futuro de Aragón.
La cooperatividad es el motor que puede hacer que las explotaciones sean más sostenibles y rentables, permitiendo a los productores acceder a mercados y clientes que de otra forma serían inaccesibles. Al unirse en alianzas, estos agricultores y ganaderos pueden beneficiarse de una estructura más eficiente, con menos costos y sin tener que ocuparse únicamente de conseguir el "mejor fruto posible".
Las cooperativas les suministrarán todo lo necesario para la labor, desde semillas y piensos hasta abonos y combustible. También pondrán a su disposición instalaciones, maquinaria, formación y asesoramiento. Además, tienen canales de comercialización para dar salida a sus productos en condiciones óptimas.
El impacto de esta colaboración llega también al consumidor final. Al adquirir alimentos procedentes de cooperativas, obtiene productos de calidad, de proximidad y a precios asequibles. Y no solo eso: el consumidor está contribuyendo a la sostenibilidad del modelo de agricultura familiar, que es un modelo que se basa en la revolución de los beneficios sobre el territorio, que no se puede deslocalizar y que genera empleo estable en zonas donde es más difícil obtenerlo.
Las cooperativas son auténticos motores económicos y sociales en el entorno rural. Su capacidad para crear empleo ayuda a fijar población e impulsa la actividad de otros sectores. En muchas localidades, las cooperativas son las principales -y en ocasiones, las únicas- empresas existentes.
En Aragón, Cooperativas Agroalimentarias tiene a su cargo casi 160 cooperativas agroalimentarias y 50.000 familias entre socios y trabajadores. En este Año Internacional de las Cooperativas, se quiere visibilizar este modelo y acercar a la ciudadanía la forma de trabajar de las cooperativas, su papel y los valores que las definen.
En definitiva, la unión de los productores permite acceder a servicios, clientes y mercados que de otra forma serían inaccesibles. Se crean sinergias que benefician a nuestras zonas rurales y ofrecen al consumidor alimentos seguros y con el mejor sabor. Pero también representan una forma de entender el territorio basada en el esfuerzo compartido, la sostenibilidad y el compromiso con el futuro de Aragón.