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La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum denunció ayer a un hombre ebrio que la tocó sin consentimiento en plena calle del centro histórico de Ciudad de México, mientras caminaba hacia una reunión con instituciones educativas. El individuo identificado como Uriel Rivera Martínez fue detenido y remitido a la Fiscalía de Delitos Sexuales.
Según testigos, el hombre intentó besarla en el cuello y abrazarla, mientras que su equipo de seguridad lo retiraba visiblemente tensa. Sheinbaum afirmó que no percibió la agresión inicialmente y que tomó conciencia después de ver las imágenes.
Lo que realmente importa es que este incidente nos llama la atención a un problema grave y persistente en México: el acoso sexual. Según datos del Inegi, el 15,5% de las mujeres han vivido algún tipo de agresión sexual, mientras que más de 70% de las jóvenes mexicanas han experimentado alguna forma de violencia.
La presidenta también ha anunciado la revisión de la tipificación del acoso en los códigos penales estatales y el lanzamiento de una campaña para reforzar el respeto hacia las mujeres en el espacio público. Pero ¿será suficiente? La realidad es que, según organizaciones que trabajan con víctimas de violencia, el 90% de las denuncias no se presentan.
Por lo tanto, Claudia Sheinbaum ha hecho un llamado a las víctimas de acoso sexual para que denuncien sus agresiones y a las sociedades para que tomen medidas efectivas contra este problema. Pero es hora de más allá del simple rechazo y de la retórica. Es hora de acciones concretas y cambios en nuestras leyes y políticas. No podemos seguir permitiendo que mujeres y jóvenes mexicanas vivan en un país donde se les considera propiedad, sino que debemos trabajar para erradicar este problema y crear una sociedad más justa y respetuosa.
Según testigos, el hombre intentó besarla en el cuello y abrazarla, mientras que su equipo de seguridad lo retiraba visiblemente tensa. Sheinbaum afirmó que no percibió la agresión inicialmente y que tomó conciencia después de ver las imágenes.
Lo que realmente importa es que este incidente nos llama la atención a un problema grave y persistente en México: el acoso sexual. Según datos del Inegi, el 15,5% de las mujeres han vivido algún tipo de agresión sexual, mientras que más de 70% de las jóvenes mexicanas han experimentado alguna forma de violencia.
La presidenta también ha anunciado la revisión de la tipificación del acoso en los códigos penales estatales y el lanzamiento de una campaña para reforzar el respeto hacia las mujeres en el espacio público. Pero ¿será suficiente? La realidad es que, según organizaciones que trabajan con víctimas de violencia, el 90% de las denuncias no se presentan.
Por lo tanto, Claudia Sheinbaum ha hecho un llamado a las víctimas de acoso sexual para que denuncien sus agresiones y a las sociedades para que tomen medidas efectivas contra este problema. Pero es hora de más allá del simple rechazo y de la retórica. Es hora de acciones concretas y cambios en nuestras leyes y políticas. No podemos seguir permitiendo que mujeres y jóvenes mexicanas vivan en un país donde se les considera propiedad, sino que debemos trabajar para erradicar este problema y crear una sociedad más justa y respetuosa.