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Charo García, una vida en dos capas.
El 7 de octubre de 1933 nació en un pueblo salmantino una mujer que se convertiría en una actriz del cine, que con 90 años cumplidos debutó en la gran pantalla gracias a Daniel Guzmán y que dejó tras de sí una huella indelible. Una vida entre dos mundos, como la misma actriz que la caracterizó en su última película.
En la infancia, Charo vivió el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la hambruna del posguerra. Nada más nacer. Su madre murió cuando cumplió nueve años, lo que hizo que se mudara a San Lorenzo de El Escorial con su familia. Una vida difícil y dura, pero rica en amor y sacrificio.
En los 60, Charo viajó por primera vez al mar, el océano grande. Su hijo le llevó allí. En este momento de su vida, su madre se convirtió en una figura de amor y dedicación para la familia. Su hijo recuerda que "la palabra que mejor define a su madre es sacrificio". Una mujer que nunca tuvo voz ni voto, pero siempre estuvo ahí.
Un sueño nunca alcanzado: visitar el Vaticano. La familia intentó organizarlo, pero no pudo ser. Pero Charo vivió en los momentos del cine con su segundo amado. En sus palabras, "la búsqueda del amor absoluto sólo es posible a través del acto simple de morir".
Una película de amor y sacrificio: la vida de Charo García.
En este film, una actriz que se vuelve abuela del director de la película, un hombre que se enamoró de su madre a los 90 años. Una historia que nos recuerda que "hoy estamos aquí".
El 7 de octubre de 1933 nació en un pueblo salmantino una mujer que se convertiría en una actriz del cine, que con 90 años cumplidos debutó en la gran pantalla gracias a Daniel Guzmán y que dejó tras de sí una huella indelible. Una vida entre dos mundos, como la misma actriz que la caracterizó en su última película.
En la infancia, Charo vivió el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la hambruna del posguerra. Nada más nacer. Su madre murió cuando cumplió nueve años, lo que hizo que se mudara a San Lorenzo de El Escorial con su familia. Una vida difícil y dura, pero rica en amor y sacrificio.
En los 60, Charo viajó por primera vez al mar, el océano grande. Su hijo le llevó allí. En este momento de su vida, su madre se convirtió en una figura de amor y dedicación para la familia. Su hijo recuerda que "la palabra que mejor define a su madre es sacrificio". Una mujer que nunca tuvo voz ni voto, pero siempre estuvo ahí.
Un sueño nunca alcanzado: visitar el Vaticano. La familia intentó organizarlo, pero no pudo ser. Pero Charo vivió en los momentos del cine con su segundo amado. En sus palabras, "la búsqueda del amor absoluto sólo es posible a través del acto simple de morir".
Una película de amor y sacrificio: la vida de Charo García.
En este film, una actriz que se vuelve abuela del director de la película, un hombre que se enamoró de su madre a los 90 años. Una historia que nos recuerda que "hoy estamos aquí".