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Brasil a punto de desplegar petróleo en el delta amazónico, justo antes de la cumbre climática
El gobierno brasileño ha dado la verde luz al proyecto más controvertido de su historia: buscar petróleo en el delta del Amazonas. La licencia ambiental que otorga a Petrobras permite perforar en busca de crudo en las aguas marinas, justo antes de que Luiz Inácio Lula da Silva ejerza como anfitrión de la cumbre climática más importante del mundo.
La concesión es un golpe para el Observatorio del Clima, una alianza de ONGs que ha advertido sobre los riesgos ambientales y climáticos del proyecto. "Esta decisión es un sabotaje a la COP y contradice el papel de líder climático reivindicado por Lula en el escenario internacional", afirman desde el Observatorio.
El proyecto, conocido como bloque 59, se ubica 170 kilómetros mar adentro, en una de las costas más grandes de manglares del mundo. La perforación comenzará inmediatamente, y la empresa espera sacar crudo en unos cinco meses.
La decisión ha generado tensiones dentro del gobierno brasileño, donde el presidente Lula defiende el proyecto argumentando que los ingresos servirán para combatir la pobreza y financiar la transición energética. Su ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, está en contra de expandir las actividades petroleras a nuevos territorios.
El proyecto expone las contradicciones que entraña para Brasil abanderar la protección del medio ambiente y ser una potencia petrolera. El país sudamericano es el octavo productor del mundo, pero su plan es aumentar la producción en los próximos años para convertirse en el quinto.
La concesión llega en un momento políticamente sensible, ya que Brasil se prepara para acoger a jefes de Estado y negociadores internacionales en Belém, justo antes de la cumbre climática más importante del mundo. El proyecto es visto como una contradicción entre las políticas ambientales y energéticas del gobierno y su papel como líder climático.
El gobierno brasileño ha dado la verde luz al proyecto más controvertido de su historia: buscar petróleo en el delta del Amazonas. La licencia ambiental que otorga a Petrobras permite perforar en busca de crudo en las aguas marinas, justo antes de que Luiz Inácio Lula da Silva ejerza como anfitrión de la cumbre climática más importante del mundo.
La concesión es un golpe para el Observatorio del Clima, una alianza de ONGs que ha advertido sobre los riesgos ambientales y climáticos del proyecto. "Esta decisión es un sabotaje a la COP y contradice el papel de líder climático reivindicado por Lula en el escenario internacional", afirman desde el Observatorio.
El proyecto, conocido como bloque 59, se ubica 170 kilómetros mar adentro, en una de las costas más grandes de manglares del mundo. La perforación comenzará inmediatamente, y la empresa espera sacar crudo en unos cinco meses.
La decisión ha generado tensiones dentro del gobierno brasileño, donde el presidente Lula defiende el proyecto argumentando que los ingresos servirán para combatir la pobreza y financiar la transición energética. Su ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, está en contra de expandir las actividades petroleras a nuevos territorios.
El proyecto expone las contradicciones que entraña para Brasil abanderar la protección del medio ambiente y ser una potencia petrolera. El país sudamericano es el octavo productor del mundo, pero su plan es aumentar la producción en los próximos años para convertirse en el quinto.
La concesión llega en un momento políticamente sensible, ya que Brasil se prepara para acoger a jefes de Estado y negociadores internacionales en Belém, justo antes de la cumbre climática más importante del mundo. El proyecto es visto como una contradicción entre las políticas ambientales y energéticas del gobierno y su papel como líder climático.