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Los presidentes estadounidenses son conocidos por sus enfrentamientos electorales, pero esta vez el juego es aún más peligroso que nunca. Para entender por qué es así es necesario conocer la teoría del "autoritarismo competitivo", que explica cómo cuando un sistema democrático se vuelve autoritario, siempre quiere imponer su resultado a los resultados democráticos.
En 2002, los politólogos Steven Levitsky y Lucan Way acuñaron el término para descriptar este sistema en el que una elección se vuelve una demostración de la legitimidad del líder al no ser rechazada. El autoritario busca imponer su punto de vista a los procesos democráticos, y hacer de estas elecciones algo que solo le beneficie.
El próximo año 2026, Estados Unidos enfrentará un desafío electoral sin precedentes: el voto para renovar la legislatura en las próximas elecciones. Este sistema electoral puede dar lugar a un autoritarismo competitivo, donde el vencedor del proceso electoral se convierte en un verdadero líder absoluto.
Se espera que este vencedor pida al Tribunal Supremo que anule los votos en algunos distritos que le favorezcan a sus oponentes y anexe los resultados de las elecciones de Arizona para asegurarse de su victoria. El presidente Donald Trump ha empezado a tomar medidas para lograr esta victoria.
Los políticos republicanos están manipulando la legislación electoral para cambiar los distritos electorales. También, en algunos estados, se están redibujando los distritos para favorecer a los republicanos. Esto es lo que se conoce como "gerrymandering". El objetivo de esto es asegurarse de que los republicanos ganen la mayoría en el Congreso.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció que redibujaría los distritos electorales del estado para quitar a sus rivales cinco escaños. Lo hizo mediante la táctica del gerrymandering, un deporte tan estadounidense como poco democrático.
Los republicanos también están presionando al fiscal general de Georgia para que busque los votos que necesitan para ganar las elecciones en el estado. Estas medidas demuestran la cantidad de trucos que se están jugando esta vez.
El presidente Trump ha lanzado un asalto en diferentes frentes para alterar las reglas del juego antes, durante o después de las elecciones. El objetivo es asegurarse de que los republicanos no pierdan la Cámara de Representantes y que los demócratas no puedan poner coto a su agenda. También podría plantear un impeachment.
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha propuesto un nuevo mapa en su estado que asegura a los demócratas cinco escaños. El plan fue sometido a referéndum y salió adelante con un 64% de síes.
En 2002, los politólogos Steven Levitsky y Lucan Way acuñaron el término para descriptar este sistema en el que una elección se vuelve una demostración de la legitimidad del líder al no ser rechazada. El autoritario busca imponer su punto de vista a los procesos democráticos, y hacer de estas elecciones algo que solo le beneficie.
El próximo año 2026, Estados Unidos enfrentará un desafío electoral sin precedentes: el voto para renovar la legislatura en las próximas elecciones. Este sistema electoral puede dar lugar a un autoritarismo competitivo, donde el vencedor del proceso electoral se convierte en un verdadero líder absoluto.
Se espera que este vencedor pida al Tribunal Supremo que anule los votos en algunos distritos que le favorezcan a sus oponentes y anexe los resultados de las elecciones de Arizona para asegurarse de su victoria. El presidente Donald Trump ha empezado a tomar medidas para lograr esta victoria.
Los políticos republicanos están manipulando la legislación electoral para cambiar los distritos electorales. También, en algunos estados, se están redibujando los distritos para favorecer a los republicanos. Esto es lo que se conoce como "gerrymandering". El objetivo de esto es asegurarse de que los republicanos ganen la mayoría en el Congreso.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció que redibujaría los distritos electorales del estado para quitar a sus rivales cinco escaños. Lo hizo mediante la táctica del gerrymandering, un deporte tan estadounidense como poco democrático.
Los republicanos también están presionando al fiscal general de Georgia para que busque los votos que necesitan para ganar las elecciones en el estado. Estas medidas demuestran la cantidad de trucos que se están jugando esta vez.
El presidente Trump ha lanzado un asalto en diferentes frentes para alterar las reglas del juego antes, durante o después de las elecciones. El objetivo es asegurarse de que los republicanos no pierdan la Cámara de Representantes y que los demócratas no puedan poner coto a su agenda. También podría plantear un impeachment.
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha propuesto un nuevo mapa en su estado que asegura a los demócratas cinco escaños. El plan fue sometido a referéndum y salió adelante con un 64% de síes.