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Álvaro García Ortiz, el primer fiscal general del Estado condenado por un delito penal. El Tribunal Supremo le ha condenado a dos años de inhabilitación por filtración del correo de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Su mandato como fiscal general se acaba de ver truncado tras poco más de tres años al frente del Ministerio Público.
El histórico fallo pone fin a una carrera marcada por controles y dificultades para ascienda en la institución, desde su despacho en Santiago de Compostela donde trabajó como fiscal delegado de Medio Ambiente hasta llegar a ser el fiscal más votado de España en las elecciones internas del Consejo Fiscal.
La fiscalía general había sido propuesta por el ministro José Luis Garín en verano de 2022 y asumió su cargo después de la renuncia sorpresiva de Dolores Delgado, quien fue su antecesora. García Ortiz era natural de Lumbrales, Salamanca, y se dedicaba a la fiscalía gallega durante dos décadas antes de acercarse al poder del estado.
Su llegada a Madrid marcó el comienzo de un período de turbulencias para la fiscalía general, donde enfrentó duras críticas por parte del partido popular. Durante su mandato también se gestaron controles y dificultades para ascender en la institución, como el caso del fiscal Frago que fue expulsado de la carrera por quejas de sus superiores.
El Supremo condenó al fiscal general García Ortiz a dos años de inhabilitación por filtración del correo de la pareja de Ayuso.
El histórico fallo pone fin a una carrera marcada por controles y dificultades para ascienda en la institución, desde su despacho en Santiago de Compostela donde trabajó como fiscal delegado de Medio Ambiente hasta llegar a ser el fiscal más votado de España en las elecciones internas del Consejo Fiscal.
La fiscalía general había sido propuesta por el ministro José Luis Garín en verano de 2022 y asumió su cargo después de la renuncia sorpresiva de Dolores Delgado, quien fue su antecesora. García Ortiz era natural de Lumbrales, Salamanca, y se dedicaba a la fiscalía gallega durante dos décadas antes de acercarse al poder del estado.
Su llegada a Madrid marcó el comienzo de un período de turbulencias para la fiscalía general, donde enfrentó duras críticas por parte del partido popular. Durante su mandato también se gestaron controles y dificultades para ascender en la institución, como el caso del fiscal Frago que fue expulsado de la carrera por quejas de sus superiores.
El Supremo condenó al fiscal general García Ortiz a dos años de inhabilitación por filtración del correo de la pareja de Ayuso.