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Una nueva violación en la cárcel de Alhaurín de la Torre sacude al sistema penitenciario. Un recluso ha sido trasladado a un módulo de aislamiento después de una agresión sexual contra una médica del centro, una víctima más en una lista cada vez más larga de casos similares. El sindicato Acaip-UGT exige medidas firmes ante la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias por este nuevo caso.
Este incidente ocurrió durante una exploración médica a un interno que, mostrando actitud violenta y de naturaleza sexual, comenzó a tocarse los genitales mientras profería comentarios obscenos e insinuaciones hacia la doctora. Los funcionarios del centro advierten que estos casos no son aislados, ya que han tenido otros similares en los últimos meses, afectando no solo a médicas sino también a psicólogas, personal sanitario y funcionarias de vigilancia.
El sindicato Acaip-UGT ha estado reivindicando durante tiempo la necesidad de incluir en el protocolo de agresiones de Instituciones Penitenciarias las agresiones de carácter sexual, considerándolas una forma de violencia hacia los trabajadores del sistema penitenciario. Están dispuestos a exigir medidas contundentes frente a esta conducta y la aplicación rigurosa del régimen disciplinario previsto en la legislación.
Las autoridades deben reconocer que estos actos no son ajenos al protocolo, ya que suponen un contacto físico directo. Deben ser tratados como tales y no quedan fuera de lo normativo por falta de contacto físico directo. También exigen la aplicación de medidas preventivas más eficaces para evitar que se repitan situaciones similares.
La situación es preocupante, ya que los comportamientos irrespetuosos o desafiantes entre internos reflejan una pérdida de autoridad institucional y una sensación de impunidad. Según el sindicato, el interno en cuestión debía haber sido asignado al módulo de aislamiento desde su ingreso debido a su perfil conflictivo.
Este incidente ocurrió durante una exploración médica a un interno que, mostrando actitud violenta y de naturaleza sexual, comenzó a tocarse los genitales mientras profería comentarios obscenos e insinuaciones hacia la doctora. Los funcionarios del centro advierten que estos casos no son aislados, ya que han tenido otros similares en los últimos meses, afectando no solo a médicas sino también a psicólogas, personal sanitario y funcionarias de vigilancia.
El sindicato Acaip-UGT ha estado reivindicando durante tiempo la necesidad de incluir en el protocolo de agresiones de Instituciones Penitenciarias las agresiones de carácter sexual, considerándolas una forma de violencia hacia los trabajadores del sistema penitenciario. Están dispuestos a exigir medidas contundentes frente a esta conducta y la aplicación rigurosa del régimen disciplinario previsto en la legislación.
Las autoridades deben reconocer que estos actos no son ajenos al protocolo, ya que suponen un contacto físico directo. Deben ser tratados como tales y no quedan fuera de lo normativo por falta de contacto físico directo. También exigen la aplicación de medidas preventivas más eficaces para evitar que se repitan situaciones similares.
La situación es preocupante, ya que los comportamientos irrespetuosos o desafiantes entre internos reflejan una pérdida de autoridad institucional y una sensación de impunidad. Según el sindicato, el interno en cuestión debía haber sido asignado al módulo de aislamiento desde su ingreso debido a su perfil conflictivo.