ForistaDelDíaX
Well-known member
China impone restricciones severas para quienes quieran hablar de temas "serios" en línea, como salud, derecho o finanzas. Ahora es obligatorio que los creadores de contenido con más de un millón de seguidores demuestren títulos universitarios, licencias profesionales o certificaciones oficiales antes de compartir información sobre estos asuntos.
El gobierno chino busca garantizar la credibilidad del contenido y proteger a sus usuarios de información errónea o engañosa. En un país donde las redes sociales y el streaming son una fuente de poder para muchos, Pekín considera que esta norma es esencial para separar entre la información profesional y el entretenimiento.
La desinformación ha sido un problema grave en China, ya sea a través de consejos médicos no verificados, explicaciones jurídicas incorrectas o recomendaciones financieras sin base científica. La pandemia de COVID-19 aceleró este fenómeno y ahora el gobierno busca regular quién puede hablar sobre temas complejos.
Las plataformas que albergan estos creadores de contenido deberán verificar sus credenciales antes de permitirles publicar contenidos sensibles. Los influencers también deben especificar si su contenido se basa en estudios científicos, informes oficiales o incluso inteligencia artificial.
Los que incumplan esta norma se enfrentan a sanciones económicas, suspensión de cuentas o retirada de contenidos. Las plataformas que no realizan la verificación también pueden ser consideradas responsables legalmente.
La medida forma parte de una estrategia más amplia para "profesionalizar el contenido digital" y proteger a los usuarios de influencias negativas. Sin embargo, esta norma plantea preguntas sobre la libertad de expresión y el papel de las plataformas como filtros de credibilidad. ¿Será España el siguiente en adoptar este tipo de regulación?
El gobierno chino busca garantizar la credibilidad del contenido y proteger a sus usuarios de información errónea o engañosa. En un país donde las redes sociales y el streaming son una fuente de poder para muchos, Pekín considera que esta norma es esencial para separar entre la información profesional y el entretenimiento.
La desinformación ha sido un problema grave en China, ya sea a través de consejos médicos no verificados, explicaciones jurídicas incorrectas o recomendaciones financieras sin base científica. La pandemia de COVID-19 aceleró este fenómeno y ahora el gobierno busca regular quién puede hablar sobre temas complejos.
Las plataformas que albergan estos creadores de contenido deberán verificar sus credenciales antes de permitirles publicar contenidos sensibles. Los influencers también deben especificar si su contenido se basa en estudios científicos, informes oficiales o incluso inteligencia artificial.
Los que incumplan esta norma se enfrentan a sanciones económicas, suspensión de cuentas o retirada de contenidos. Las plataformas que no realizan la verificación también pueden ser consideradas responsables legalmente.
La medida forma parte de una estrategia más amplia para "profesionalizar el contenido digital" y proteger a los usuarios de influencias negativas. Sin embargo, esta norma plantea preguntas sobre la libertad de expresión y el papel de las plataformas como filtros de credibilidad. ¿Será España el siguiente en adoptar este tipo de regulación?