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El Macba, un museo que ha "activado la ciudad" a través del pensamiento. 30 años de una obra maestra.
El Macba se inauguró el 28 de noviembre de 1995, aunque su gestación se remonta a apenas dos semanas después de la candidatura olímpica de Barcelona en octubre de 1986. En ese momento, el alcalde de Barcelona Pasqual Maragall se puso en contacto con el empresario Leopoldo Rodés para poner en marcha un gran museo de arte contemporáneo para la ciudad.
El edificio del museo, diseñado por el estadounidense Richard Meier, no llegó a tiempo para las Olimpiadas. Blanco, redondeado, de inspiración racionalista y con claraboyas que explican la luminosidad tan especial de su interior, su construcción supuso un antes y un después para el barrio del Raval: llegaron los turistas y el barrio se gentrificó; también los skaters que convirtieron la nueva plaza dura en la meca mundial del monopatín.
Hoy el Macba mantiene un estrecho diálogo con su entorno, que no ha evitado las críticas vecinales por su última ampliación, en plena construcción. El museo ha tenido directores como Daniel Giralt-Miracle, Manuel Borja-Villel, Bartomeu Marí y Ferran Barenblit, quienes han llevado el proyecto a nuevas alturas.
El Macba es una de las principales instituciones del arte contemporáneo en Barcelona, sobre todo en el extranjero. Está situado en el Raval pero pertenece a toda la ciudad y trabaja para todos los públicos, eso también es importante. Al final, todos pertenecemos a un mismo ecosistema.
El museo ha formado parte de varios proyectos comunitarios como el Festival Raval(s), el RavalEstiuEducatiu, el Grupo Interreligioso del Raval o el Ravalinks, contribuyendo con recursos, conocimiento y participación activa. También hay que destacar proyectos como las cocinas del MACBA o el jardín ambulante, que son puntos de encuentro que han permitido conectar el museo con su entorno inmediato.
El Macba es un referente en la lucha por la justicia social y la igualdad. La poesía, mi territorio, es un arte pobre. Funciona con un boli, un papel y las ganas de cambiar el mundo. Los museos deben servir para amplificar el mensaje de toda esa gente que quiere cambiar el mundo, para que no esté aislada.
En 2021 el Macba inauguró una nueva línea de proyectos transdisciplinarios, Panorama, con una exposición titulada 'Apunts per a un incendi dels ulls', el título de uno de mis poemas. Es uno de mis recuerdos más especiales del museo, no solo a nivel artístico sino también sentimental.
El Macba es un ejemplo de cómo la cultura puede ser un catalizador para la sociedad. Ha generado oportunidades artísticas que acaban generando momentos de descubrimiento y de creatividad compartida. Y al final, esta capacidad de ser provocador y de generar debates públicos es una de sus funciones.
El Macba ha demostrado que el arte puede ser un motor de cambio social. Su visión para el futuro es admirable: la sociedad ha evolucionado y continúa evolucionando y el proyecto del Macba hoy es un buen ejemplo de ello.
En resumen, el Macba es un museo que ha "activado la ciudad" a través del pensamiento. Ha sido un referente en la lucha por la justicia social y la igualdad, ha generado oportunidades artísticas y ha demostrado que el arte puede ser un motor de cambio social.
Para mí, el Macba es un espacio de lo más atractivo para cualquier amante de la cultura. Es un lugar donde ir a descubrir a nuevos artistas, nuevas tendencias, y para dejarnos llevar por propuestas que, a menudo, nos hacen cuestionar el mundo en el que vivimos... y esto siempre es bueno.
El Macba es el mejor ejemplo de la magnitud de las tensiones en el mundo creativo, cultural, empresarial y político en nuestra ciudad y nuestro país. Tensiones que son constantes, a veces más duras y otras menos. El hecho de saber cómo hacer que estas converjan e impulsar propuestas que sigan siendo interesantes, cautivadoras, emocionantes y sorprendentes para la sociedad es el gran valor que tiene el museo.
El Macba es un espacio donde todo lo que sucede en Barcelona se refleja. Es un punto de referencia cultural que nos hace cuestionar y reflexionar sobre nuestro entorno.
El Macba se inauguró el 28 de noviembre de 1995, aunque su gestación se remonta a apenas dos semanas después de la candidatura olímpica de Barcelona en octubre de 1986. En ese momento, el alcalde de Barcelona Pasqual Maragall se puso en contacto con el empresario Leopoldo Rodés para poner en marcha un gran museo de arte contemporáneo para la ciudad.
El edificio del museo, diseñado por el estadounidense Richard Meier, no llegó a tiempo para las Olimpiadas. Blanco, redondeado, de inspiración racionalista y con claraboyas que explican la luminosidad tan especial de su interior, su construcción supuso un antes y un después para el barrio del Raval: llegaron los turistas y el barrio se gentrificó; también los skaters que convirtieron la nueva plaza dura en la meca mundial del monopatín.
Hoy el Macba mantiene un estrecho diálogo con su entorno, que no ha evitado las críticas vecinales por su última ampliación, en plena construcción. El museo ha tenido directores como Daniel Giralt-Miracle, Manuel Borja-Villel, Bartomeu Marí y Ferran Barenblit, quienes han llevado el proyecto a nuevas alturas.
El Macba es una de las principales instituciones del arte contemporáneo en Barcelona, sobre todo en el extranjero. Está situado en el Raval pero pertenece a toda la ciudad y trabaja para todos los públicos, eso también es importante. Al final, todos pertenecemos a un mismo ecosistema.
El museo ha formado parte de varios proyectos comunitarios como el Festival Raval(s), el RavalEstiuEducatiu, el Grupo Interreligioso del Raval o el Ravalinks, contribuyendo con recursos, conocimiento y participación activa. También hay que destacar proyectos como las cocinas del MACBA o el jardín ambulante, que son puntos de encuentro que han permitido conectar el museo con su entorno inmediato.
El Macba es un referente en la lucha por la justicia social y la igualdad. La poesía, mi territorio, es un arte pobre. Funciona con un boli, un papel y las ganas de cambiar el mundo. Los museos deben servir para amplificar el mensaje de toda esa gente que quiere cambiar el mundo, para que no esté aislada.
En 2021 el Macba inauguró una nueva línea de proyectos transdisciplinarios, Panorama, con una exposición titulada 'Apunts per a un incendi dels ulls', el título de uno de mis poemas. Es uno de mis recuerdos más especiales del museo, no solo a nivel artístico sino también sentimental.
El Macba es un ejemplo de cómo la cultura puede ser un catalizador para la sociedad. Ha generado oportunidades artísticas que acaban generando momentos de descubrimiento y de creatividad compartida. Y al final, esta capacidad de ser provocador y de generar debates públicos es una de sus funciones.
El Macba ha demostrado que el arte puede ser un motor de cambio social. Su visión para el futuro es admirable: la sociedad ha evolucionado y continúa evolucionando y el proyecto del Macba hoy es un buen ejemplo de ello.
En resumen, el Macba es un museo que ha "activado la ciudad" a través del pensamiento. Ha sido un referente en la lucha por la justicia social y la igualdad, ha generado oportunidades artísticas y ha demostrado que el arte puede ser un motor de cambio social.
Para mí, el Macba es un espacio de lo más atractivo para cualquier amante de la cultura. Es un lugar donde ir a descubrir a nuevos artistas, nuevas tendencias, y para dejarnos llevar por propuestas que, a menudo, nos hacen cuestionar el mundo en el que vivimos... y esto siempre es bueno.
El Macba es el mejor ejemplo de la magnitud de las tensiones en el mundo creativo, cultural, empresarial y político en nuestra ciudad y nuestro país. Tensiones que son constantes, a veces más duras y otras menos. El hecho de saber cómo hacer que estas converjan e impulsar propuestas que sigan siendo interesantes, cautivadoras, emocionantes y sorprendentes para la sociedad es el gran valor que tiene el museo.
El Macba es un espacio donde todo lo que sucede en Barcelona se refleja. Es un punto de referencia cultural que nos hace cuestionar y reflexionar sobre nuestro entorno.