MateYOpinión
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El Ministerio de Igualdad pone las bases para una conversación candente sobre la pornografía y su impacto en los jóvenes. La campaña "Porno. Por no hablar" busca visibilizar el problema de cómo esta industria condiciona las expectativas y comportamientos de nuestros más jóvenes, quienes se ven atraídos por contenidos violentos y machistas que no solo son dañinos para su salud emocional, sino también para la sociedad en general.
Una realidad inquietante es que el primer contacto con la pornografía suele ocurrir entre los 8 y los 10 años, ya sea de forma involuntaria o activa, lo que deja a muchos menores sin herramientas para discernir lo real de lo falso. Y es que en la actualidad, se buscan contenidos más violentos, de mayor dominación y con un contenido erotizante excesivo, lo que puede tener consecuencias graves en su formación emocional.
"La pornografía es un problema para los menores porque es violenta y machista", señala Ana Redondo, ministra de Igualdad. "Es como si el porno fuera la escuela donde muchos jóvenes se están formando o deformando en sus relaciones afectivos sexuales". Es un mensaje que no se puede ignorar, especialmente cuando se considera que esta industria busca "nuevos clientes" entre nuestros más jóvenes.
La ministra destaca la urgencia de abordar este tema sin tabúes ni complejos. La pornografía no es el problema en sí, sino la forma en que se consume y se relata en la sociedad. Y es que hay una falta de educación afectivo-sexual importante en muchas comunidades autónomas y centros, lo que hace que la pornografía actúe como una especie de maestra en estas relaciones.
Para Ana Redondo, "el problema" radica en cómo se intenta trasladar ese consumo a la realidad. "Es un tema esencial, social y psicológico", subraya. Y es que es necesario favorecer el diálogo y el debate sobre este tema, ya que es una cuestión que nos interpela a todos como sociedad, familia y educadores.
La campaña de Igualdad busca poner las bases para que se hable y se debata sobre la pornografía y su impacto en nuestros jóvenes. Y es que es hora de abordar este tema sin complejos ni tabúes, ya que la falta de educación afectivo-sexual y la violencia machista en la pornografía son una amenaza para nuestra sociedad y nuestra formación emocional.
La campaña "Porno. Por no hablar" es un llamado a la acción para que seamos conscientes del problema y trabajemos juntos para que nuestros jóvenes estén protegidos de este tipo de contenido. Es hora de cambiar la forma en que hablamos sobre el sexo y la pornografía, porque si no lo hacemos, corremos el riesgo de pasar de ser una sociedad que se debate a una sociedad que se entiende.
Una realidad inquietante es que el primer contacto con la pornografía suele ocurrir entre los 8 y los 10 años, ya sea de forma involuntaria o activa, lo que deja a muchos menores sin herramientas para discernir lo real de lo falso. Y es que en la actualidad, se buscan contenidos más violentos, de mayor dominación y con un contenido erotizante excesivo, lo que puede tener consecuencias graves en su formación emocional.
"La pornografía es un problema para los menores porque es violenta y machista", señala Ana Redondo, ministra de Igualdad. "Es como si el porno fuera la escuela donde muchos jóvenes se están formando o deformando en sus relaciones afectivos sexuales". Es un mensaje que no se puede ignorar, especialmente cuando se considera que esta industria busca "nuevos clientes" entre nuestros más jóvenes.
La ministra destaca la urgencia de abordar este tema sin tabúes ni complejos. La pornografía no es el problema en sí, sino la forma en que se consume y se relata en la sociedad. Y es que hay una falta de educación afectivo-sexual importante en muchas comunidades autónomas y centros, lo que hace que la pornografía actúe como una especie de maestra en estas relaciones.
Para Ana Redondo, "el problema" radica en cómo se intenta trasladar ese consumo a la realidad. "Es un tema esencial, social y psicológico", subraya. Y es que es necesario favorecer el diálogo y el debate sobre este tema, ya que es una cuestión que nos interpela a todos como sociedad, familia y educadores.
La campaña de Igualdad busca poner las bases para que se hable y se debata sobre la pornografía y su impacto en nuestros jóvenes. Y es que es hora de abordar este tema sin complejos ni tabúes, ya que la falta de educación afectivo-sexual y la violencia machista en la pornografía son una amenaza para nuestra sociedad y nuestra formación emocional.
La campaña "Porno. Por no hablar" es un llamado a la acción para que seamos conscientes del problema y trabajemos juntos para que nuestros jóvenes estén protegidos de este tipo de contenido. Es hora de cambiar la forma en que hablamos sobre el sexo y la pornografía, porque si no lo hacemos, corremos el riesgo de pasar de ser una sociedad que se debate a una sociedad que se entiende.