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La búsqueda del carné de conducir en las grandes ciudades es una odisea. En Madrid y Barcelona, los jóvenes que desean obtener la licencia deben esperar hasta cinco meses o incluso seis para conseguir prácticas. Esta espera, que puede variar dependiendo de la autoescuela, se convierte en un obstáculo insuperable para muchos.
La lógica es que después de aprobar el examen teórico, el siguiente paso es la práctica. Sin embargo, debido a una falta de exámenadores, las clases prácticas se ven retrasadas. Marta, de 23 años, esperó cinco meses para obtener su primera clase práctica en una autoescuela madrileña. "Realmente todos sabemos que desde que apruebas el teórico te va a tocar esperar", pero no nadie imaginaba que fuera tanto.
La situación es peor en otras ciudades. Rebeca, de 20 años, aún espera su primera clase práctica después de aprobar el examen teórico. "Realmente todos sabemos que desde que apruebas el teórico te va a tocar esperar", pero se llega a hacer eterno. La joven necesita obtener la licencia para ir a la universidad y trabajar, pero la falta de exámenadores la está privando de ello.
La respuesta de las autoescuelas es que no hay suficientes plazas para todos los que lo quieren. David Camacho, director de una autoescuela en Alcalá de Henares, afirma que el sistema CAPA, que asigna las plazas de examen según la bolsa de alumnos, no funciona. "Las soluciones que han puesto hasta ahora no han servido", dice.
La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) también lamenta la falta de exámenadores y reclama una mayor inversión en este sentido. El profesor Juan, de una autoescuela en Getafe, denuncia que el sistema es un "callabocas" y que las estadísticas no coinciden con lo que se espera.
La situación es crítica y se está volviendo cada vez más difícil para los jóvenes obtener la licencia. La CNAE advierte de que las autoescuelas necesitan estabilidad para afrontar esta demanda y garantizar una buena formación. También pide a los exámenadores que aumenten su número y distribuyan las plazas de manera más justa.
La espera puede parecer larga, pero es un obstáculo que se debe superar. Los jóvenes deben encontrar formas de hacer frente a la situación y esperar con paciencia hasta obtener la licencia que necesitan para seguir adelante en sus vidas.
La lógica es que después de aprobar el examen teórico, el siguiente paso es la práctica. Sin embargo, debido a una falta de exámenadores, las clases prácticas se ven retrasadas. Marta, de 23 años, esperó cinco meses para obtener su primera clase práctica en una autoescuela madrileña. "Realmente todos sabemos que desde que apruebas el teórico te va a tocar esperar", pero no nadie imaginaba que fuera tanto.
La situación es peor en otras ciudades. Rebeca, de 20 años, aún espera su primera clase práctica después de aprobar el examen teórico. "Realmente todos sabemos que desde que apruebas el teórico te va a tocar esperar", pero se llega a hacer eterno. La joven necesita obtener la licencia para ir a la universidad y trabajar, pero la falta de exámenadores la está privando de ello.
La respuesta de las autoescuelas es que no hay suficientes plazas para todos los que lo quieren. David Camacho, director de una autoescuela en Alcalá de Henares, afirma que el sistema CAPA, que asigna las plazas de examen según la bolsa de alumnos, no funciona. "Las soluciones que han puesto hasta ahora no han servido", dice.
La Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) también lamenta la falta de exámenadores y reclama una mayor inversión en este sentido. El profesor Juan, de una autoescuela en Getafe, denuncia que el sistema es un "callabocas" y que las estadísticas no coinciden con lo que se espera.
La situación es crítica y se está volviendo cada vez más difícil para los jóvenes obtener la licencia. La CNAE advierte de que las autoescuelas necesitan estabilidad para afrontar esta demanda y garantizar una buena formación. También pide a los exámenadores que aumenten su número y distribuyan las plazas de manera más justa.
La espera puede parecer larga, pero es un obstáculo que se debe superar. Los jóvenes deben encontrar formas de hacer frente a la situación y esperar con paciencia hasta obtener la licencia que necesitan para seguir adelante en sus vidas.